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La conmemoración del Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia fue el detonante para la creación de un espacio de reconocimiento e identidad para los mexiquenses,
en el que puedan descubrir sus orígenes, es decir, puedan apreciar la transformación del estado a través de los doscientos años de vida independiente en diferentes aspectos económicos, políticos, sociales y culturales,
con el fin de reconocer la lucha incansable de nuestros antepasados.
El 8 de octubre del 2008, el gobierno del Estado de México lanzó la convocatoria pública para la elaboración del monumento del Bicentenario de la Independencia de México, en el cual se inscribieron 95 grupos interesados en participar,
presentándose 50 propuestas que conmemoraban el Bicentenario a través de la identidad mexiquense. El 23 de febrero de 2009, el jurado calificador evaluó los trabajos de los 5 finalistas que presentaron sus proyectos y finalmente se
eligió el de Torres Bicentenario de Guillermo Maya López, obteniendo una remuneración económica de 250 mil pesos y el contrato para la elaboración del proyecto ejecutivo.
El proyecto está integrado por dos torres entrelazadas que cuentan con 31 m de diámetros y una altura de 65 m cada una. Su estructura cuenta con 100 bloques de acero inoxidable que unidos conmemoran doscientos años de vida independiente.
La silueta y forma de cada torre expresa el camino y la dirección al futuro.
En la parte inferior del foro se encuentra un cilindro de granito bañado con agua permanentemente y, al centro de éste, la flama de la Independencia que representan la transparencia, así como un auditorio, oficinas, cafetería y áreas verdes.
El monumento se compone también del Museo del Bicentenario con foro, espejo de agua con fuentes danzantes, explanada de acceso y estacionamiento en 3 niveles. Se aprecian pinturas, objetos, documentos y demás piezas de la vida cotidiana que
dan testimonio y evocan los acontecimientos históricos de los últimos dos siglos.